De la mano de Brian Azzarello y Cliff Chaing nos llega la Wonder Woman, Mujer Maravilla (en el título pondremos en ingles pero en la reseña usaremos el español), del Nuevo Universo DC. Al igual que otras colecciones, Wonder Woman #1 de ECC Ediciones contiene no sólo uno sino los primeros 4 números de la amazona. Acá vamos con el primero de todos.
En un rascacielos de Singapur tres jóvenes muchachas y un misterioso hombre de una piel rara se encuentran brindando con champagne. Una de las chicas le pregunta:
- ¿Cómo has conseguido esta habitación?
- Es por mi trabajo. Requiere que esté en la cima del mundo.
- ¿A qué te dedicas?
- Mmm. Sol... Solo te voy a decir que soy hijo de un rey.
Luego de eso otra de ellas dice que pueden ver a kilometros lo que está de distancia, cuando el hombre las agarra a las tres y las copas caen al precipicio.
Mientras tanto en un granero de Virginia, una misteriosa figura cubierta por una capaz de plumas de pavo real aparece dejando a su rastro armas. Allí ve una guadaña la cual utiliza para decapitar a dos caballos. Los cuerpos de los animales comienzan a mutar y figuras extrañas salen de ellas.
En esa misma propiedad, pero en una casa, un hombre de piel azul y alas en los pies se encuentra con una muchacha llamada Zola. Él le dice que deben irse ahora mismo ya que vienen unos asesinos en busca de ella y su hijo. La mujer que le apunta con un arma abre la puerta cuando una flecha pasa a toda velocidad y es el hombre azul quien la recibe por la mujer.
En la casa irrumpen las figuras de dos monstruos salidos de los caballos muertos buscando matar a Zola, en ese momento el hombre le da una llave a la mujer haciendo que ésta desaparezca del lugar.
Zola es transportada hacia Londres, en el cuarto de una mujer que se encuentra durmiendo. Al intentar despertarla, ésta la agarra de su mano:
- ¿Qué crees que estás haciendo?
- Eh... Había unos monstruos que iban a matarme...
- ¿Tú también?
- Eh... No, no te mataré.
- Las cosas esas eran... Ay, Dios... En mi casa había un hombre con los ojos...
- ¿Cómo has entrado?
- El hombre me ha tirado una llave...
La mujer parece sorprender al ver el objeto y se lo pide, pero Zola le dice que no. La mujer se dirige hacia un armario mientras le pregunta su nombre, y al escucharlo a mujer dice: "Me llamo Diana... te quiero ayudar.", mientras abre un ropero lleno de armas escudos y cascos, al instante de ver eso Zola dice:
- ¿Eres...? ¿La Mujer Maravilla?
- Diana. Y aquí estás a salvo, te doy mi palabra... Y ahora dame la llave.
Cuando Zola va a darle el artefacto a Diana, ella la agarra de la mano y terminan ambas en Virginia otra vez.
Al llegar al lugar es un desastre y escuchan gritos en la casa. Cuando se acercan una lanza es arrojada hacia Zola pero justo a tiempo la Mujer Maravilla rompe el arma con sus brazaletes. Allí es cuando las bestias emergen del interior de la vivienda y comienzan a perseguir a Zola.
Mientras ésto sucede, una charla entre unas personas en otro sitio aparece, las llamadas Oráculos comentan lo que ven a la otra persona.
- Se avecina una tormenta. Viene de más allá del horizonte. Y el responsable... gobierna entre llamas. Lo lamentamos.
- ¿Quién es?
- Hay demasiado humo.
- ¿Qué?
- No vemos con claridad. Lleva una corona de cuernos. Y una capa de sangre le culga de los hombres... hacia la mujer desnuda que yace a sus pies.
- ¿Sus pies?
- Están descalzos, igual que la mujer está desnuda.
- Entonces es de mi familia.
- Tu familia... está rota... derrotada... y la ha traicionado... su sangre.
La charla continúa cuando le dicen que su padre ha renunciado al destino.
- Lo que quiere tu padre es lo que nadie debería querer. Es sucio e imperdonable. Y para ti, no terminará bien.
La lucha entre la Mujer Maravilla y las criaturas termina, cuando las bestias huyen sin poderse haber llevado a Zola.
Desde la casa sale el hombre de azul, ahora medio pálido diciéndole a Diana que no deberían estar allí, ella y Zola, ya que si no se la llevaban a los confines de la Tierra la Reina haría que la matasen.
Diana lo reconoce de inmediato ya que le dice Hermes, quien cae tendido del dolor del flechazo y además su pie está lastimado.
Diana rápidamente lo ayuda, mientras él comenta:
- Zola... su vida es importante.
- ¡Mi vida no tiene nada de importancia! ¡Te equivocas! Has dicho que las cosas esas venían a matarnos a mi hijo y a mi... ¡pero yo no tengo hijos!
- Niña... estás embarazada. De Zeus.
Nuevamente en el rascacielos de Singapur las tres mujeres flotan en el aire, mientras el hombre de piel rara también está en esa forma pero pensativo mientras las demás parecen darle las respuestas.
- Uno de los hijos de tu padre matará a otro y ocupará su lugar. Es lo que quiere tu padre. Hay que estar mal de la cabeza.
- Así es mi querido padre. Tira de los hilos, levanta el telón, toma el pelo...
Mientras el sol sale y el hombre parece absorber toda la energía del sol volviéndose una llamarada vida que incinera los cuerpos de las mujeres.
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