DC Comics adelantó que "The Dark Knight Returns: The Golden Child" de Frank Miller en las redes sociales, utilizando obras de arte de Rafael Grampá, solo para eliminar las publicaciones promocionales poco después, tras la reacción de los lectores vocales en China.
El problema aquí gira en torno a la variante de portada que aparece en las publicaciones, que representa a Carrie Kelly como Batwoman, arrojando una bomba molotov contra un telón de fondo que incluía la lectura del texto, "El futuro es la Juventud". Los que se oponen a la obra de arte afirmaron que implica el apoyo de DC Comics a los manifestantes en Hong Kong, en gran parte debido al atuendo y la pose de Batwoman y su parecido con la estética general de los manifestantes de Hong Kong.
Según Variety, lectores acudieron al sitio de redes sociales chino, Weibo, para expresar sus quejas. Un usuario escribió: "La ropa negra representa a Hong Kong, la máscara representa a Hong Kong, la bomba Molotov representa a Hong Kong, ¿qué más aquí no representa a Hong Kong?"
La respuesta supuestamente obligó a DC Comics a eliminar la publicación, lo que a su vez provocó una reacción violenta de los partidarios de la protesta. Esto vino especialmente de los fanáticos en los Estados Unidos, que criticaron a la editorial por ser otra compañía a gran escala para aceptar la voluntad del público chino, optando por lo que algunos fanáticos han llamado una apuesta por una ganancia financiera sobre la integridad moral.
Además de las vagas similitudes visuales en esta portada en particular, las portadas variantes de "The Golden Child" parecen no tener ninguna relación con el conflicto en curso entre los partidarios de la democracia en Hong Kong y el gobierno chino. La portada solicitada anteriormente fue lanzada hace varias semanas. Sin embargo, a medida que las protestas en Hong Kong han aumentado en intensidad, los partidarios de Pekín se han vuelto cada vez más críticos de todos los indicios de apoyo de los manifestantes del mundo occidental.
La decisión de DC Comics de eliminar la imagen llega en un momento en que las empresas a gran escala en varias industrias, desde la NBA hasta Disney, han sido objeto de un intenso escrutinio por su disposición a apaciguar a las audiencias chinas, a menudo consintiendo a China, al menos aparentemente. Al hacerlo, estas compañías han sido criticadas por aparentemente expresar su apoyo a las prácticas ilegales e inhumanas del actual gobierno chino.
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